Es difícil definir la cultura organizacional. Es más fácil sentirla, vivirla, que definirla. En general se podría decir que es el conjunto de valores empresariales que definen el comportamiento de cada uno de sus empleados, convirtiéndose en hábitos diarios. Cuando se tiene una cultura organizacional fuerte, los empleados trabajan más felices y aportan más valor a su organización, lo que invariablemente repercute en los resultados empresariales. De hecho, un estudio de Gallup de unos años atrás encontró que las empresas parte del Fortune 500 que tenían altos índices de satisfacción laboral habían aumentado sus ganancias en una tasa cuatro veces superior a la de aquellas empresas con índices bajos
Muchas empresas se limitan a ubicar su misión, visión y valores en cuadros a la entrada de su oficina, y creen que sólo con eso están manteniendo y fortaleciendo la cultura organizacional. Hay que ir más allá, no se trata sólo de tener claras las políticas y valores empresariales sino de vivirlos. Es aquí cuando el departamento de recursos humanos adquiere una importancia aún mayor dentro de la empresa, impactando directamente con sus políticas en los resultados corporativos. Cuando este departamento es realmente estratégico en las empresas, las personas que se vinculan a la empresa son reclutadas y seleccionadas por ser compatibles con tales valores que predica la organización, haciendo que su cultura organizacional perdure en el tiempo. “Los departamentos de recursos humanos han sido vistos como los encargados de remunerar a los colaboradores, contratarlos y despedirlos. La verdad es que su función es realmente estratégica, y deben estar encaminados a fortalecer y hacer perdurable la cultura organizacional”, dice Daniel Díaz Jiménez, coordinador de mercado internacional de SQL Software.
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